jueves, 4 de julio de 2013

14º Domingo ordinario: Lucas, 10, 1-12.17-20


14º Domingo ordinario: Lc 10, 1-12 y 17-20

El Papa Francisco está llamando a la Iglesia a salir de sí misma olvidando miedos e intereses propios, para ponerse en 
contacto con la vida real de las gentes y hacer presente el Evangelio allí donde los hombres y mujeres de hoy sufren y gozan, 
luchan y trabajan.
Con su lenguaje inconfundible y sus palabras vivas y concretas, nos está abriendo los ojos para advertirnos del riesgo de 
una Iglesia que se asfixia en una actitud autodefensiva: “cuando la Iglesia se encierra, se enferma”; “prefiero mil veces una 
Iglesia accidentada a una que esté enferma por encerrarse en sí misma”.
La consigna de Francisco es clara: “La Iglesia ha de salir de sí misma a la periferia, a dar testimonio del Evangelio y a 
encontrarse con los demás”. No está pensando en planteamientos teóricos, sino en pasos muy concretos: “Salgamos de 
nosotros mismos para encontrarnos con la pobreza”.
El Papa sabe lo que está diciendo. Quiere arrastrar a la Iglesia actual hacia una renovación evangélica profunda. No es 
fácil. “La novedad nos da siempre un poco de miedo, porque nos sentimos más seguros, si tenemos todo bajo control, si 
somos nosotros los que construimos, programamos y planificamos nuestra vida según nuestros esquemas, seguridades y 
gustos”.
Pero Francisco no tiene miedo a la “novedad de Dios”. En la fiesta de Pentecostés ha formulado a toda la Iglesia una 
pregunta decisiva a la que tendremos que ir respondiendo en los próximos años: “¿Estamos decididos a recorrer caminos 
nuevos que la novedad de Dios nos presenta o nos atrincheraremos en estructuras caducas que han perdido la capacidad 
de respuesta?
No quiero ocultar mi alegría al ver que el Papa Francisco nos llama a reavivar en la Iglesia el aliento evangelizador que 
Jesús quiso que animara siempre a sus seguidores. El evangelista Lucas nos recuerda sus consignas. “Poneos en camino”. 
No hay que esperar a nada. No hemos de retener a Jesús dentro de nuestras parroquias. Hay que darlo a conocer en la vida.
“No llevéis bolsas, alforjas ni sandalias de repuesto”. Hay que salir a la vida de manera sencilla y humilde. Sin 
privilegios ni estructuras de poder. El Evangelio no se impone por la fuerza. Se contagia desde la fe en Jesús y la confianza
en el Padre.
Cuando entréis en una casa, decid: “Paz a esta casa”. Esto es lo primero. Dejad a un lado las condenas, curad a los 
enfermos, aliviad los sufrimientos que hay en el mundo. Decid a todos que Dios está cerca y nos quiere ver trabajando por 
una vida más humana. Esta es la gran noticia del reino de Dios.
(J.A.  Pagola)

Nota
El miércoles 4 de julio, el Papa Francisco se reunió con Daniel Scioli, gobernador de Buenos Aires. Scioli se mostró muy impresionado al ver que el papa se sentía tocado con la idea del viaje que realizará el próximo lunes a la isla de Lampedusa, lugar de desembarques de migrantes clandestinos que llegan a Europa cruzando el mar Mediterráneo en busca de refugio o mejores condiciones de vida, provenientes desde África o Medio Oriente. De los cuales decenas de miles han muerto en los naufragios. 
“Nos contó que él estaba rezando cuando le vino la idea de Lampedusa y se dijo 'Tengo que ir allí'”. “Porque quiere estar con esa gente, rezar con ellos y por tantos muertos” narró el gobernador.